1
Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios les ha dado a las iglesias de Macedonia.
2
En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad.
3
Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían,
4
rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos.
5
Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.