11
Cuando Salomón terminó el templo del SEÑOR y el palacio real, llevando a feliz término todo lo que se había propuesto hacer en ellos,
12
el SEÑOR se le apareció una noche y le dijo:«He escuchado tu oración, y he escogido este templo para que en él se me ofrezcan sacrificios.
13
Cuando yo cierre los cielos para que no llueva, o le ordene a la langosta que devore la tierra, o envíe pestes sobre mi pueblo,
14
si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
15
Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar.