9
Los capitanes cumplieron con todo lo que el sacerdote Joyadá les había ordenado. Cada uno reunió a sus hombres, tanto a los que estaban de servicio el sábado como a los que estaban libres, y se presentaron ante Joyadá.
10
Este repartió entre los capitanes las lanzas y los escudos del rey David, que estaban guardados en el templo del SEÑOR.
11
Arma en mano, los guardias tomaron sus puestos alrededor del rey, cerca del altar, y desde el lado sur hasta el lado norte del templo.
12
Entonces Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y le entregó una copia del pacto. Luego lo ungieron, y todos aplaudieron, gritando: «¡Viva el rey!»
13
Cuando Atalía oyó la gritería de los guardias y de la tropa, fue al templo del SEÑOR, donde estaba la gente.