31
»No le hagan caso a Ezequías. Así dice el rey de Asiria: “Hagan las paces conmigo, y ríndanse. De este modo cada uno podrá comer de su vid y de su higuera, y beber agua de su propio pozo,
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Así dice el rey: “No se dejen engañar por Ezequías. ¡Él no puede librarlos de mis manos!
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No dejen que Ezequías los persuada a confiar en el SEÑOR, diciendo: ‘Sin duda el SEÑOR nos librará; ¡esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria!’”
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»No le hagan caso a Ezequías. Así dice el rey de Asiria: “Hagan las paces conmigo, y ríndanse. De este modo cada uno podrá comer de su vid y de su higuera, y beber agua de su propio pozo,
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hasta que yo venga y los lleve a un país como el de ustedes, país de grano y de mosto, de pan y de viñedos, de aceite de oliva y de miel. Así vivirán en vez de morir”.»No le hagan caso a Ezequías, que los quiere seducir cuando dice: “El SEÑOR nos librará”.
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¿Acaso alguno de los dioses de las naciones pudo librar a su país de las manos del rey de Asiria?