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Luego subió a la cama y se tendió sobre el niño boca a boca, ojos a ojos y manos a manos, hasta que el cuerpo del niño empezó a entrar en calor.
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Eliseo se levantó y se puso a caminar de un lado a otro del cuarto, y luego volvió a tenderse sobre el niño. Esto lo hizo siete veces, al cabo de las cuales el niño estornudó y abrió los ojos.
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Entonces Eliseo le dijo a Guiezi:—Llama a la señora.Guiezi así lo hizo, y cuando la mujer llegó, Eliseo le dijo:—Puedes llevarte a tu hijo.
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Ella entró, se arrojó a los pies de Eliseo y se postró rostro en tierra. Entonces tomó a su hijo y salió.
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Eliseo regresó a Guilgal y se encontró con que en esos días había mucha hambre en el país. Por tanto, se reunió con la comunidad de profetas y le ordenó a su criado: «Pon esa olla grande en el fogón y prepara un guisado para los profetas».