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Al cabo de cuatro años, Absalón le dijo al rey:—Permítame Su Majestad ir a Hebrón, a cumplir un voto que le hice al SEÑOR.
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Cuando vivía en Guesur de Siria, hice este voto: “Si el SEÑOR me concede volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio”.
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—Vete tranquilo —respondió el rey.Absalón emprendió la marcha a Hebrón,
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pero al mismo tiempo envió mensajeros por todas las tribus de Israel con este mensaje: «Tan pronto como oigan el toque de trompeta, exclamen: “¡Absalón reina en Hebrón!”»
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Además, desde Jerusalén llevó Absalón a doscientos invitados, los cuales lo acompañaron de buena fe y sin sospechar nada.