SedequĂas interroga a JeremĂas
14 El rey SedequĂas mandĂł que llevaran a JeremĂas a la tercera entrada de la casa del SEĂ‘OR, y allĂ le dijo:—Te voy a preguntar algo, y por favor no me ocultes nada.
15
JeremĂas le respondiĂł al rey:—Si respondo a la pregunta de Su Majestad, lo más seguro es que me mate. Y si le doy un consejo, no me va a hacer caso.
16
Pero en secreto el rey SedequĂas le hizo este juramento a JeremĂas:—¡Te juro por el SEĂ‘OR, que nos ha dado esta vida, que no te matarĂ© ni te entregarĂ© en manos de estos hombres que atentan contra tu vida!
17
JeremĂas le dijo a SedequĂas:—AsĂ dice el SEĂ‘ORTodopoderoso, el Dios de Israel: “Si Su Majestad se rinde ante los jefes del rey de Babilonia, salvará su vida, y esta ciudad no será incendiada; Su Majestad y su familia vivirán.
18
Pero si no se rinde ante los jefes del rey de Babilonia, la ciudad caerá bajo el poder de los caldeos, y será incendiada, y usted no tendrá escapatoria”.
19
El rey SedequĂas respondiĂł:—Yo les tengo terror a los judĂos que se pasaron al bando de los babilonios, pues me pueden entregar en sus manos para que me torturen.
20
JeremĂas le contestĂł:—Obedezca Su Majestad la voz del SEĂ‘OR que yo le estoy comunicando, y no caerá en manos de los babilonios. AsĂ le irá bien a usted, y salvará su vida.
21
Pero si Su Majestad se empecina en no rendirse, esta es la palabra que el SEÑOR me ha revelado:
22
Todas las mujeres que aún quedan en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los jefes del rey de Babilonia, y ellas mismas le echarán en cara:»“Tus amigos más confiableste han engañado y te han vencido.Tienes los pies hundidos en el fango,pues tus amigos te dieron la espalda”.
23
»Todas las mujeres y los hijos de Su Majestad serán entregados a los babilonios, y ni Su Majestad podrá escapar, sino que caerá bajo el poder del rey de Babilonia, y la ciudad será incendiada.
24
SedequĂas le contestĂł a JeremĂas:—Que nadie se entere de estas palabras, pues de lo contrario morirás.
25
Si los jefes se enteran de que yo hablé contigo, y vienen y te dicen: “Dinos ya lo que le has informado al rey, y lo que él te dijo; no nos ocultes nada, pues de lo contrario te mataremos”,
26
tĂş les dirás: “Vine a suplicarle al rey que no me mandara de vuelta a casa de Jonatán, a morir allĂ”.
27
Y asĂ fue. Todos los jefes vinieron a interrogar a JeremĂas, pero Ă©l les contestĂł de acuerdo con lo que el rey le habĂa ordenado. Entonces lo dejaron tranquilo, porque nadie habĂa escuchado la conversaciĂłn.