28
Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo.
29
Y estaba allà un vaso lleno de vinagre: entonces ellos hinchieron una esponja de vinagre, y rodeada á un hisopo, se la llegaron á la boca.
30
Y como JesĂşs tomĂł el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, diĂł el espĂritu.
31
Entonces los JudĂos, por cuanto era la vĂspera de la Pascua, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado, pues era el gran dĂa del sábado, rogaron á Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados.
32
Y vinieron los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que habĂa sido crucificado con Ă©l.
33
Mas cuando vinieron á Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas:
34
Empero uno de los soldados le abriĂł el costado con una lanza, y luego saliĂł sangre y agua.
35
Y el que lo vió, da testimonio, y su testimonio es verdadero: y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
36
Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliese la Escritura: Hueso no quebrantaréis de él.
37
Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
38
DespuĂ©s de estas cosas, JosĂ© de Arimatea, el cual era discĂpulo de JesĂşs, mas secreto por miedo de los JudĂos, rogĂł á Pilato que pudiera quitar el cuerpo de JesĂşs: y permitiĂłselo Pilato. Entonces vino, y quitĂł el cuerpo de JesĂşs.
39
Y vino tambiĂ©n Nicodemo, el que antes habĂa venido á JesĂşs de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
40
Tomaron pues el cuerpo de JesĂşs, y envolviĂ©ronlo en lienzos con especias, como es costumbre de los JudĂos sepultar.
41
Y en aquel lugar donde habĂa sido crucificado, habĂa un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no habĂa sido puesto ninguno.
42
AllĂ, pues, por causa de la vĂspera de la Pascua de los JudĂos, porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron á JesĂşs.