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Proverbios 3; Proverbios 4; Proverbios 5
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Proverbios 3
1
Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza , y tu corazón guarde mis mandamientos,
2
porque largura de días y años de vida y paz te añadirán.
3
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.
4
Así hallarás favor y buena estimación ante los ojos de Dios y de los hombres.
5
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.
6
Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.
7
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
8
Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos.
9
Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos;
10
entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.
11
Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión,
12
porque el SEÑOR a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.
13
Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento;
14
porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus utilidades mejor que el oro fino.
15
Es más preciosa que las joyas, y nada de lo que deseas se compara con ella.
16
Larga vida hay en su mano derecha, en su mano izquierda, riquezas y honra.
17
Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz.
18
Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la abrazan.
19
Con sabiduría fundó el SEÑOR la tierra, con inteligencia estableció los cielos.
20
Con su conocimiento los abismos fueron divididos y los cielos destilan rocío.
21
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos, guarda la prudencia y la discreción,
22
y serán vida para tu alma, y adorno para tu cuello.
23
Entonces andarás con seguridad por tu camino, y no tropezará tu pie.
24
Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño.
25
No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga,
26
porque el SEÑOR será tu confianza, y guardará tu pie de ser apresado.
27
No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo.
28
No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, y mañana te lo daré, cuando lo tienes contigo.
29
No trames el mal contra tu prójimo, mientras habite seguro a tu lado.
30
No contiendas con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño.
31
No envidies al hombre violento, y no escojas ninguno de sus caminos;
32
porque el hombre perverso es abominación para el SEÑOR; pero El es amigo íntimo de los rectos.
33
La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío, pero El bendice la morada del justo.
34
Ciertamente El se burla de los burladores, pero da gracia a los afligidos.
35
El sabio heredará honra, pero los necios hacen resaltar su deshonra.
La Biblia de las Américas Derechos de Autor © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, All rights reserved. For Permission to Quote Information, visit http://www.lockman.org.
Proverbios 4
1
Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento,
2
porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi instrucción.
3
También yo fui hijo para mi padre, tierno y único a los ojos de mi madre,
4
y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.
5
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.
6
No la abandones y ella velará sobre ti, ámala y ella te protegerá.
7
Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia.
8
Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará si tú la abrazas;
9
guirnalda de gracia pondrá en tu cabeza, corona de hermosura te entregará.
10
Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida.
11
Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado.
12
Cuando andes, tus pasos no serán obstruidos, y si corres, no tropezarás.
13
Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, porque ella es tu vida.
14
No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados.
15
Evítalo, no pases por él; apártate de él y pasa adelante.
16
Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17
Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia.
18
Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día.
19
El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.
20
Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones;
21
que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón.
22
Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo.
23
Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.
24
Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos.
25
Miren tus ojos hacia adelante, y fíjese tu mirada en lo que está frente a ti.
26
Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos.
27
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.
La Biblia de las Américas Derechos de Autor © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, All rights reserved. For Permission to Quote Information, visit http://www.lockman.org.
Proverbios 5
1
Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi prudencia,
2
para que guardes la discreción, y tus labios conserven el conocimiento.
3
Porque los labios de la extraña destilan miel, y su lengua es más suave que el aceite;
4
pero al final es amarga como el ajenjo, aguda como espada de dos filos.
5
Sus pies descienden a la muerte, sus pasos sólo logran el Seol.
6
No considera la senda de la vida; sus senderos son inestables, y no lo sabe.
7
Ahora pues, hijos míos, escuchadme, y no os apartéis de las palabras de mi boca.
8
Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa;
9
no sea que des tu vigor a otros y tus años al cruel;
10
no sea que se sacien los extraños de tus bienes, y tu esfuerzo vaya a casa del extranjero;
11
y al final te lamentes, cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido,
12
y digas: ¡Cómo he aborrecido la instrucción, y mi corazón ha despreciado la corrección!
13
No he escuchado la voz de mis maestros, ni he inclinado mi oído a mis instructores.
14
He estado a punto de completa ruina en medio de la asamblea y la congregación.
15
Bebe agua de tu cisterna y agua fresca de tu pozo.
16
¿Se derramarán por fuera tus manantiales, tus arroyos de aguas por las calles?
17
Sean para ti solo, y no para los extraños contigo.
18
Sea bendita tu fuente, y regocíjate con la mujer de tu juventud,
19
amante cierva y graciosa gacela; que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te embriague para siempre.
20
¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña, y abrazar el seno de una desconocida?
21
Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del SEÑOR, y El observa todos sus senderos.
22
De sus propias iniquidades será presa el impío, y en los lazos de su pecado quedará atrapado.
23
Morirá por falta de instrucción, y por su mucha necedad perecerá.
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