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Y Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue agitado del Espíritu al desierto
      
 
      
            
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por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió nada en aquellos días; los cuales pasados, después tuvo hambre.
      
 
      
            
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Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan.
      
 
      
            
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Y Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan sólo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios.
      
 
      
            
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Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró todos los reinos de la redondez de la tierra en un momento de tiempo.
      
 
      
            
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Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es entregada, y a quien quiero la doy;
      
 
      
            
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pues si tú adorares delante de mí, serán todos tuyos.
      
 
      
            
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Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete detrás de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo adorarás, y a él solo servirás.
      
 
      
            
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Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre las almenas del Templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
      
 
      
            
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porque escrito está: Que a sus ángeles mandará de ti, que te guarden;
      
 
      
            
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y en las manos te llevarán, para que no dañes tu pie en piedra.
      
 
      
            
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Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
      
 
      
            
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Y acabada toda tentación, el diablo se fue de él por 
un  tiempo.