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En aquellos días vi en Judá 
algunos  que pisaban 
en  lagares en sábado, y que acarreaban manojos, y cargaban 
los  asnos con vino, 
y también  de uvas, de higos, y de toda carga, y traían a Jerusalén  en día de sábado; y les protesté el día que vendían el mantenimiento.
      
 
      
            
              16
            
También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalén.
      
 
      
            
              17
            
Y reprendí a los señores de Judá, y les dije: ¿Qué mala cosa 
es  ésta que vosotros hacéis, profanando así el día del sábado?
      
 
      
            
              18
            
¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo este mal, y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?
      
 
      
            
              19
            
Sucedió pues, que cuando la sombra llegó a las puertas de Jerusalén antes del sábado, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del sábado; y puse a las puertas 
algunos  de mis  criados, para que en día de sábado no entrasen carga.
      
 
      
            
              20
            
Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes, y los que vendían toda cosa.
      
 
      
            
              21
            
Y les protesté, y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en sábado.
      
 
      
            
              22
            
Y dije a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.