30
y que no darĂamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomarĂamos sus hijas para nuestros hijos.
31
Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderĂas y comestibles en dĂa de sábado, nada tomarĂamos de ellos en sábado, ni en dĂa santo; y que dejarĂamos el año sĂ©ptimo, y remitirĂamos toda deuda.
32
ImpusĂmonos además por ley el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo, para la obra de la Casa de nuestro Dios;
33
para el pan de la proposición, y para la ofrenda continua, y para el holocausto continuo, y de los sábados, y de las nuevas lunas, y de las festividades, y para las santificaciones y para las expiaciones para expiar a Israel, y para toda la obra de la Casa de nuestro Dios.
34
Echamos
también las suertes, los sacerdotes, los levitas, y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la Casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de nuestro Dios, como está escrito en la ley.
35
Y que cada año traerĂamos las primicias de nuestra tierra, y las primicias de todo fruto de todo árbol cada año, a la Casa del SEĂ‘OR.
36
Asimismo los primogĂ©nitos de nuestros hijos y de nuestras bestias, como está escrito en la ley; y que traerĂamos los primogĂ©nitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la Casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la Casa de nuestro Dios.
37
Que traerĂamos tambiĂ©n las primicias de nuestras masas, y de nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, del vino y del aceite, a los sacerdotes, a las cámaras de la Casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra a los levitas; y que los levitas recibirĂan las dĂ©cimas de nuestras labores en todas las ciudades.
38
Y que estarĂa el sacerdote hijo de AarĂłn con los levitas, cuando los levitas recibirĂan el diezmo; y que los levitas ofrecerĂan el diezmo del diezmo en la Casa de nuestro Dios, a las cámaras en la casa del tesoro.
39
Porque a las cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Levà la ofrenda del grano, del vino, y del aceite; y allà estarán los vasos del santuario, y los sacerdotes que ministran, y los porteros, y los cantores; y no abandonaremos la Casa de nuestro Dios.