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pero mientras uno de ellos cortaba un árbol, la cabeza de su hacha cayó al río. —¡Ay, señor! —gritó—, ¡era un hacha prestada!
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—¿Dónde cayó? —preguntó el hombre de Dios. Cuando le mostró el lugar, Eliseo cortó un palo y lo tiró al agua en ese mismo sitio. Entonces la cabeza del hacha salió a flote.
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—Agárrala —le dijo Eliseo. Y el hombre extendió la mano y la tomó.
8
Eliseo atrapa a los arameos Cada vez que el rey de Aram entraba en guerra con Israel, consultaba con sus funcionarios y les decía: «Movilizaremos nuestras fuerzas en tal y tal lugar».
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Sin embargo, de inmediato Eliseo, hombre de Dios, le advertía al rey de Israel: «No te acerques a ese lugar, porque allí los arameos piensan movilizar sus tropas».