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No podÃa creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Pero en realidad, ¡no me habÃan contado ni siquiera la mitad de tu extraordinaria sabidurÃa! Tú superas todo lo que habÃa oÃdo decir de ti.
7
¡Dichosos tus súbditos! ¡Dichosos estos servidores tuyos, que constantemente están en tu presencia bebiendo de tu sabidurÃa!
9
Luego la reina le regaló a Salomón tres mil novecientos sesenta kilos de oro, piedras preciosas y una gran cantidad de perfumes. Jamás volvió a haber perfumes como los que la reina de Sabá le obsequió al rey Salomón.