24
¿Cómo podrás rechazar el ataque de uno solo de los funcionarios más insignificantes de mi señor, si confías en obtener de Egipto carros de combate y jinetes?
22
Y si ustedes me dicen: ‘Nosotros confiamos en el SEÑOR, nuestro Dios’, ¿no se trata acaso, Ezequías, del Dios cuyos altares y santuarios paganos tú mismo quitaste, diciéndoles a Judá y a Jerusalén: ‘Deben adorar solamente ante este altar en Jerusalén’?”
23
»Ahora bien, Ezequías, haz este trato con mi señor, el rey de Asiria: Yo te doy dos mil caballos, si tú consigues otros tantos jinetes para montarlos.
24
¿Cómo podrás rechazar el ataque de uno solo de los funcionarios más insignificantes de mi señor, si confías en obtener de Egipto carros de combate y jinetes?
25
¿Acaso he venido a atacar y a destruir este lugar sin el apoyo del SEÑOR? ¡Si fue él mismo quien me ordenó: “Marcha contra este país y destrúyelo!”
26
Eliaquín hijo de Jilquías, Sebna y Joa le dijeron al comandante en jefe:—Por favor, hábleles usted a sus siervos en arameo, ya que lo entendemos. No nos hable en hebreo, que el pueblo que está sobre el muro nos escucha.