3
Por lo tanto, Acab mandĂł llamar a AbdĂas, quien administraba su palacio y veneraba al SEĂ‘OR.
4
Como Jezabel estaba acabando con los profetas del SEĂ‘OR, AbdĂas habĂa tomado a cien de ellos y los habĂa escondido en dos cuevas, cincuenta en cada una, y les habĂa dado de comer y de beber.
5
Acab instruyĂł a AbdĂas: «Recorre todo el paĂs en busca de fuentes y rĂos. Tal vez encontremos pasto para mantener vivos los caballos y las mulas, y no perdamos nuestras bestias».
6
AsĂ que se dividieron la tierra que iban a recorrer: Acab se fue en una direcciĂłn, y AbdĂas en la otra.
7
AbdĂas iba por su camino cuando ElĂas le saliĂł al encuentro. Al reconocerlo, AbdĂas se postrĂł rostro en tierra y le preguntĂł:—Mi señor ElĂas, Âżde veras es usted?
8
—SĂ, soy yo —le respondió—. Ve a decirle a tu amo que aquĂ estoy.
9
—¿QuĂ© mal ha hecho este servidor suyo —preguntĂł AbdĂas—, para que usted me entregue a Acab y Ă©l me mate?
10
Tan cierto como que vive el SEĂ‘OR su Dios, que no hay naciĂłn ni reino adonde mi amo no haya mandado a buscarlo. Y a quienes afirmaban que usted no estaba allĂ, Ă©l los hacĂa jurar que no lo habĂan encontrado.
11
¿Y ahora usted me ordena que vaya a mi amo y le diga que usted está aqu�
12
¡QuĂ© sĂ© yo a dĂłnde lo va a llevar el EspĂritu del SEĂ‘OR cuando nos separemos! Si voy y le digo a Acab que usted está aquĂ, y luego Ă©l no lo encuentra, ¡me matará! Tenga usted en cuenta que yo, su servidor, he sido fiel al SEĂ‘OR desde mi juventud.
13
¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel estaba matando a los profetas del SEÑOR? ¡Pues escondà a cien de los profetas del SEÑOR en dos cuevas, cincuenta en cada una, y les di de comer y de beber!
14
¡Y ahora usted me ordena que vaya a mi amo y le diga que usted está aquĂ! ¡De seguro me matará!
15
ElĂas le respondiĂł:—Tan cierto como que vive el SEĂ‘ORTodopoderoso, a quien sirvo, te aseguro que hoy me presentarĂ© ante Acab.
ElĂas en el monte Carmelo
16 AbdĂas fue a buscar a Acab y le informĂł de lo sucedido, asĂ que este fue al encuentro de ElĂas