2 Reyes 12; 2 Reyes 13

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2 Reyes 12

1 En el séptimo año de Jehú, Joás comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Sibia de Beerseba.
2 Y Joás hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR todos los días en que el sacerdote Joiada lo dirigió.
3 Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 Entonces Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las cosas sagradas que se trae a la casa del SEÑOR en moneda corriente, tanto el dinero estipulado a cada persona, como todo el dinero que cada uno voluntariamente traiga a la casa del SEÑOR,
5 que los sacerdotes lo tomen para sí, cada cual de sus conocidos; y ellos repararán los daños de la casa dondequiera que se encuentre algún daño.
6 Pero en el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado los daños de la casa.
7 Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joiada y a los otros sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis los daños de la casa? Ahora pues, no toméis más dinero de vuestros conocidos, sino entregadlo para los daños de la casa.
8 Y consintieron los sacerdotes en no tomar más dinero del pueblo, ni reparar ellos los daños de la casa.
9 Entonces el sacerdote Joiada tomó un cofre e hizo un agujero en la tapa, y lo puso junto al altar, al lado derecho conforme uno entra a la casa del SEÑOR; y los sacerdotes que custodiaban el umbral, depositaban en él todo el dinero que se traía a la casa del SEÑOR.
10 Y cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote subían y lo ataban en sacos, y contaban el dinero que se encontraba en la casa del SEÑOR.
11 Y entregaban el dinero que había sido contado en manos de los que hacían el trabajo, los cuales tenían a su cargo la casa del SEÑOR, y ellos lo traían para pagar a los carpinteros y a los constructores que trabajaban en la casa del SEÑOR,
12 y a los albañiles y canteros, y para comprar madera y piedra de cantería para reparar los daños de la casa del SEÑOR, y para todo lo que se gastaba para la casa, a fin de repararla.
13 Pero del dinero que se traía a la casa del SEÑOR, no se hicieron ni copas de plata, ni despabiladeras, ni tazones, ni trompetas, ni ninguna vasija de oro, ni vasijas de plata para la casa del SEÑOR;
14 porque lo daban a los que hacían el trabajo, y con él reparaban la casa del SEÑOR.
15 Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para dárselo a los que hacían el trabajo, porque procedían fielmente.
16 No se traía a la casa del SEÑOR el dinero de las ofrendas por la culpa ni el dinero de las ofrendas por el pecado; era para los sacerdotes.
17 Entonces Hazael, rey de Aram, subió y peleó contra Gat y la tomó; y Hazael se propuso subir contra Jerusalén.
18 Y Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, habían consagrado, y sus propias cosas sagradas y todo el oro que se encontraba en las tesorerías de la casa del SEÑOR y de la casa del rey, y las envió a Hazael, rey de Aram. Entonces él se retiró de Jerusalén.
19 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
20 Y sus siervos se levantaron y tramaron una conspiración, y mataron a Joás en la casa de Milo, cuando descendía a Sila.
21 Pues sus siervos Josacar, hijo de Simeat, y Jozabad, hijo de Somer, lo hirieron y murió; y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y Amasías su hijo reinó en su lugar.
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2 Reyes 13

1 En el año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, sobre Israel en Samaria, y reinó diecisiete años.
2 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y siguió tras los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos.
3 Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó día tras día en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben-adad, hijo de Hazael.
4 Entonces Joacaz imploró el favor del SEÑOR, y el SEÑOR lo oyó; porque El vio la opresión de Israel, de cómo el rey de Aram los oprimía.
5 Y el SEÑOR dio a Israel un libertador, y escaparon del poder de los arameos; y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas como antes.
6 Con todo, no se apartaron de los pecados con que la casa de Jeroboam hizo pecar a Israel, sino que anduvieron en ellos; y también la Asera permaneció en pie en Samaria.
7 Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla.
8 Los demás hechos de Joacaz y todo lo que hizo y su poder, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
9 Y durmió Joacaz con sus padres y lo sepultaron en Samaria, y su hijo Joás reinó en su lugar.
10 En el año treinta y siete de Joás, rey de Judá, Jeoás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó dieciséis años.
11 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.
12 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, y el poder con que peleó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
13 Y durmió Joás con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono; y Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel.
14 Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Jeoás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!
15 Y Eliseo le dijo: Toma un arco y flechas. Y él tomó un arco y flechas.
16 Entonces dijo al rey de Israel: Pon tu mano en el arco. Y él puso su mano sobre el arco; entonces Eliseo colocó sus manos sobre las manos del rey.
17 Y dijo: Abre la ventana hacia el oriente, y él la abrió. Entonces Eliseo dijo: Tira. Y él tiró. Y Eliseo dijo: Flecha de victoria del SEÑOR, y flecha de victoria sobre Aram, porque derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminarlos.
18 Entonces añadió: Toma las flechas; y él las tomó. Y dijo al rey de Israel: Golpea la tierra; y él la golpeó tres veces y se detuvo.
19 Y el hombre de Dios se enojó con él, y dijo: Deberías haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras herido a Aram hasta exterminarlo. Pero ahora herirás a Aram sólo tres veces.
20 Y murió Eliseo y lo sepultaron. Y las bandas de los moabitas solían invadir la tierra en la primavera de cada año.
21 Y cuando estaban sepultando a un hombre, he aquí, vieron una banda de merodeadores y arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Y cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie.
22 Y Hazael, rey de Aram, había oprimido a Israel todos los días de Joacaz.
23 Pero el SEÑOR tuvo piedad de ellos, y les tuvo compasión y se volvió a ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta hoy.
24 Al morir Hazael, rey de Aram, su hijo Ben-adad reinó en su lugar.
25 Entonces Jeoás, hijo de Joacaz, recobró de nuevo de mano de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que éste había tomado en guerra de mano de su padre Joacaz. Tres veces Jeoás lo derrotó y recobró las ciudades de Israel.
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