Deuteronomio 1; Deuteronomio 7; Deuteronomio 9; Deuteronomio 10; Deuteronomio 14; Deuteronomio 15; Deuteronomio 16; Deuteronomio 17; Deuteronomio 18; Deuteronomio 19; Deuteronomio 20; Deuteronomio 21; Deuteronomio 22; Deuteronomio 23; Deuteronomio 24; Deuteronomio 25; Deuteronomio 30

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Deuteronomio 1

1 Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.
2 Hay once días de camino desde Horeb, por el camino del monte Seir, hasta Cades-barnea.
3 Y sucedió que en el año cuarenta, el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les diera,
4 después de haber derrotado a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot y en Edrei.
5 Al otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar esta ley, diciendo:
6 El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: "Bastante habéis permanecido en este monte.
7 "Volveos; partid e id a la región montañosa de los amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle, en el Neguev , y por la costa del mar, la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
8 "Mirad, he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y tomad posesión de la tierra que el SEÑOR juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, a ellos y a su descendencia después de ellos."
9 Y en aquel tiempo os hablé, diciendo: "Yo solo no puedo llevar la carga de todos vosotros.
10 "El SEÑOR vuestro Dios os ha multiplicado y he aquí que hoy sois como las estrellas del cielo en multitud.
11 "Que el SEÑOR, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga, tal como os ha prometido.
12 "¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de vosotros y vuestros litigios?
13 "Escoged de entre vuestras tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como vuestros jefes."
14 Y vosotros me respondisteis, y dijisteis: "Bueno es que se haga lo que has dicho."
15 Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes vuestros, jefes de mil, de cien, de cincuenta, y de diez, y oficiales para vuestras tribus.
16 Y en aquella ocasión mandé a vuestros jueces, diciendo: "Oíd los pleitos entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él.
17 "No mostraréis parcialidad en el juicio; lo mismo oiréis al pequeño que al grande. No tendréis temor del hombre, porque el juicio es de Dios. Y el caso que sea muy difícil para vosotros, me lo traeréis a mí, y yo lo oiré."
18 En aquella misma ocasión os mandé todas las cosas que deberíais hacer.
19 Partimos de Horeb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desierto que visteis, camino de la región montañosa de los amorreos, tal como el SEÑOR nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades-barnea.
20 Y os dije: "Habéis llegado a la región montañosa de los amorreos que el SEÑOR nuestro Dios va a darnos.
21 "Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes."
22 Entonces todos vosotros os acercasteis a mí, y dijisteis: "Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremos."
23 Y me agradó el plan, y tomé a doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu.
24 Y ellos partieron y subieron a la región montañosa, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.
25 Tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron; y nos dieron un informe, diciendo: "Es una tierra buena que el SEÑOR nuestro Dios nos da."
26 Sin embargo, no quisisteis subir, y os rebelasteis contra el mandato del SEÑOR vuestro Dios.
27 Y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: "Porque el SEÑOR nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos.
28 "¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: 'El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac.'"
29 Entonces yo os dije: "No os aterréis ni tengáis miedo de ellos.
30 "El SEÑOR vuestro Dios, que va delante de vosotros, El peleará por vosotros, así como lo hizo delante de vuestros ojos en Egipto,
31 y en el desierto, donde has visto cómo el SEÑOR tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que habéis andado hasta llegar a este lugar."
32 Pero con todo esto, no confiasteis en el SEÑOR vuestro Dios,
33 que iba delante de vosotros en el camino para buscaros lugar dónde acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar.
34 Entonces oyó el SEÑOR la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo:
35 "Ninguno de estos hombres, esta generación perversa, verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres,
36 excepto Caleb, hijo de Jefone; él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido fielmente al SEÑOR."
37 El SEÑOR se enojó también contra mí por causa vuestra, diciendo: "Tampoco tú entrarás allá.
38 "Josué, hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la posea.
39 "Y vuestros pequeños, que dijisteis que vendrían a ser presa, y vuestros hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos yo la daré, y ellos la poseerán.
40 "Pero vosotros, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar Rojo ."
41 Entonces respondisteis y me dijisteis: "Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos tal como el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado." Y cada uno de vosotros se ciñó sus armas de guerra, y pensasteis que era fácil subir a la región montañosa.
42 Pero el SEÑOR me dijo: "Diles: 'No subáis, ni peleéis, pues yo no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.'"
43 Y os hablé, pero no quisisteis escuchar. Al contrario, os rebelasteis contra el mandamiento del SEÑOR, y obrasteis con presunción, y subisteis a la región montañosa.
44 Y los amorreos que moraban en aquella región montañosa salieron contra vosotros, y os persiguieron como lo hacen las abejas, y os derrotaron desde Seir hasta Horma.
45 Entonces volvisteis y llorasteis delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído.
46 Por eso permanecisteis en Cades muchos días, los días que pasasteis allí.
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Deuteronomio 7

1 Cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los heteos, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú,
2 y cuando el SEÑOR tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos.
3 Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos.
4 Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti, y El pronto te destruirá.
5 Mas así haréis con ellos: derribaréis sus altares, destruiréis sus pilares sagrados, y cortaréis sus imágenes de Asera , y quemaréis a fuego sus imágenes talladas.
6 Porque tú eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; el SEÑOR tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
7 El SEÑOR no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos;
8 mas porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el SEÑOR os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.
9 Reconoce, pues, que el SEÑOR tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos;
10 pero al que le odia le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; y no se tarda en castigar al que le odia, en su misma cara le dará el pago.
11 Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los juicios que yo te mando hoy, para ponerlos por obra.
12 Y sucederá que porque escuchas estos juicios y los guardas y los pones por obra, el SEÑOR tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres.
13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.
14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado.
15 Y el SEÑOR apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.
16 Y destruirás a todos los pueblos que el SEÑOR tu Dios te entregue; tu ojo no tendrá piedad de ellos; tampoco servirás a sus dioses, porque esto sería un tropiezo para ti.
17 Si dijeras en tu corazón: "Estas naciones son más poderosas que yo, ¿cómo podré desposeerlas?",
18 no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto:
19 las grandes pruebas que tus ojos vieron, las señales y maravillas, y la mano poderosa y el brazo extendido con el cual el SEÑOR tu Dios te sacó. Así el SEÑOR tu Dios hará con todos los pueblos a los cuales temes.
20 Además, el SEÑOR tu Dios enviará la avispa contra ellos, hasta que perezcan los que queden y se escondan de ti.
21 No te espantes de ellos, porque el SEÑOR tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.
22 Y el SEÑOR tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.
23 Pero el SEÑOR tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan.
24 Y entregará en tus manos a sus reyes de modo que harás perecer sus nombres de debajo del cielo; ningún hombre podrá hacerte frente hasta que tú los hayas destruido.
25 Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al SEÑOR tu Dios.
26 Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema.
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Deuteronomio 9

1 Oye, Israel: Hoy vas a pasar el Jordán para entrar a desposeer a naciones más grandes y más poderosas que tú, ciudades grandes y fortificadas hasta el cielo,
2 un pueblo grande y alto, los hijos de los anaceos, a quienes conoces y de quienes has oído decir: "¿Quién puede resistir ante los hijos de Anac?"
3 Comprende, pues, hoy, que es el SEÑOR tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor. El los destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como el SEÑOR te ha dicho.
4 No digas en tu corazón cuando el SEÑOR tu Dios los haya echado de delante de ti: "Por mi justicia el SEÑOR me ha hecho entrar para poseer esta tierra", sino que es a causa de la maldad de estas naciones que el SEÑOR las expulsa de delante de ti.
5 No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que el SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
6 Comprende, pues, que no es por tu justicia que el SEÑOR tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.
7 Acuérdate; no olvides cómo provocaste a ira al SEÑOR tu Dios en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Egipto hasta que llegasteis a este lugar, habéis sido rebeldes contra el SEÑOR.
8 Hasta en Horeb provocasteis a ira al SEÑOR, y el SEÑOR se enojó tanto contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.
9 Cuando subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que el SEÑOR había hecho con vosotros, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua.
10 Y el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios; y en ellas estaban todas las palabras que el SEÑOR os había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.
11 Y aconteció al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, que el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.
12 Entonces el SEÑOR me dijo: "Levántate; baja aprisa de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les había ordenado; se han hecho un ídolo de fundición."
13 También me habló el SEÑOR, diciendo: "He visto a este pueblo, y en verdad es un pueblo de dura cerviz.
14 "Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo; y de ti haré una nación más grande y más poderosa que ellos."
15 Y volví, y descendí del monte mientras el monte ardía con fuego, y las dos tablas del pacto estaban en mis dos manos.
16 Y vi que en verdad habíais pecado contra el SEÑOR vuestro Dios. Os habíais hecho un becerro de fundición; pronto os habíais apartado del camino que el SEÑOR os había ordenado.
17 Tomé las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos delante de vuestros ojos.
18 Y me postré delante del SEÑOR como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habíais cometido al hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole a ira.
19 Porque temí la ira y el furor con que el SEÑOR estaba enojado contra vosotros para destruiros, pero el SEÑOR me escuchó también esta vez.
20 Y el SEÑOR se enojó tanto con Aarón que quiso destruirlo; y también intercedí por Aarón al mismo tiempo.
21 Y tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que os habíais hecho, y lo quemé en el fuego, y lo hice pedazos, desmenuzándolo hasta que quedó tan fino como el polvo; y eché su polvo al arroyo que bajaba del monte.
22 Nuevamente, en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava, provocasteis a ira al SEÑOR.
23 Y cuando el SEÑOR os envió de Cades-barnea, diciendo: "Subid y tomad posesión de la tierra que yo os he dado", entonces os rebelasteis contra la orden del SEÑOR vuestro Dios; no le creísteis, ni escuchasteis su voz.
24 Vosotros habéis sido rebeldes al SEÑOR desde el día en que os conocí.
25 Entonces me postré delante del SEÑOR los cuarenta días y cuarenta noches, lo cual hice porque el SEÑOR había dicho que os iba a destruir.
26 Y oré al SEÑOR, y dije: "Oh Señor DIOS, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, que tú has redimido con tu grandeza, que tú has sacado de Egipto con mano fuerte.
27 "Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires la dureza de este pueblo ni su maldad ni su pecado.
28 "De otra manera los de la tierra de donde tú nos sacaste dirán: 'Por cuanto el SEÑOR no pudo hacerlos entrar en la tierra que les había prometido y porque los aborreció, los sacó para hacerlos morir en el desierto.'
29 "Sin embargo, ellos son tu pueblo, tu heredad, a quien tú has sacado con tu gran poder y tu brazo extendido."
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Deuteronomio 10

1 En aquel tiempo el SEÑOR me dijo: "Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera.
2 "Y yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca."
3 Hice, pues, un arca de madera de acacia y labré dos tablas de piedra como las anteriores, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.
4 Y El escribió sobre las tablas, conforme a la escritura anterior, los diez mandamientos que el SEÑOR os había hablado en el monte de en medio del fuego el día de la asamblea; y el SEÑOR me las dio.
5 Entonces me volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que yo había hecho; y allí están tal como el SEÑOR me ordenó.
6 (Después los hijos de Israel partieron de Beerot-bene-jaacán hacia Mosera. Allí murió Aarón y allí fue sepultado, y su hijo Eleazar ministró como sacerdote en su lugar.
7 De allí partieron hacia Gudgoda; y de Gudgoda hacia Jotbata, una tierra de corrientes de aguas.
8 En aquel tiempo el SEÑOR apartó la tribu de Leví para que llevara el arca del pacto del SEÑOR, y para que estuviera delante del SEÑOR, sirviéndole y bendiciendo en su nombre hasta el día de hoy.
9 Por tanto, Leví no tiene porción o herencia con sus hermanos; el SEÑOR es su herencia, así como el SEÑOR tu Dios le habló.)
10 Y me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches como la primera vez, y el SEÑOR me escuchó también esta vez; y el SEÑOR no quiso destruirte.
11 Entonces me dijo el SEÑOR: "Levántate, continúa tu marcha al frente del pueblo, para que entren y tomen posesión de la tierra que yo juré a sus padres que les daría."
12 Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el SEÑOR tu Dios, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
13 y que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos que yo te ordeno hoy para tu bien?
14 He aquí, al SEÑOR tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay.
15 Sin embargo, el SEÑOR se agradó de tus padres, los amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre todos los pueblos, como se ve hoy.
16 Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
17 Porque el SEÑOR vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno.
18 El hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido.
19 Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto.
20 Temerás al SEÑOR tu Dios; le servirás, te allegarás a El y sólo en su nombre jurarás.
21 El es el objeto de tu alabanza y El es tu Dios, que ha hecho por ti estas cosas grandes y portentosas que tus ojos han visto.
22 Cuando tus padres descendieron a Egipto eran setenta personas, y ahora el SEÑOR tu Dios te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.
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Deuteronomio 14

1 Vosotros sois hijos del SEÑOR vuestro Dios; no os sajaréis ni os rasuraréis la frente a causa de un muerto.
2 Porque eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; y el SEÑOR te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
3 No comerás nada abominable.
4 Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra,
5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.
6 Y cualquier animal de pezuña dividida que tenga la pezuña hendida en dos mitades y que rumie, lo podréis comer.
7 Pero éstos no comeréis de entre los que rumian o de entre los que tienen la pezuña dividida en dos: el camello, el conejo y el damán; pues aunque rumian, no tienen la pezuña dividida; para vosotros serán inmundos.
8 Y el cerdo, aunque tiene la pezuña dividida, no rumia; será inmundo para vosotros. No comeréis de su carne ni tocaréis sus cadáveres.
9 De todo lo que vive en el agua, éstos podréis comer: todos los que tienen aletas y escamas,
10 pero no comeréis nada que no tenga aletas ni escamas; será inmundo para vosotros.
11 Toda ave limpia podréis comer.
12 Pero éstas no comeréis: el águila, el buitre y el buitre negro;
13 el azor, el halcón y el milano según su especie;
14 todo cuervo según su especie;
15 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según su especie;
16 el búho, el búho real, la lechuza blanca,
17 el pelícano, el buitre, el somormujo,
18 la cigueña y la garza según su especie; la abubilla y el murciélago.
19 Todo insecto alado será inmundo para vosotros; no se comerá.
20 Toda ave limpia podréis comer.
21 No comeréis ningún animal que se muera. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades, para que lo coma, o lo podrás vender a un extranjero, porque tú eres un pueblo santo al SEÑOR tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
22 Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año.
23 Y comerás en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al SEÑOR tu Dios.
24 Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el SEÑOR tu Dios te haya bendecido,
25 entonces lo cambiarás por dinero, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el SEÑOR tu Dios escoja.
26 Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón desee; allí comerás en presencia del SEÑOR tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa.
27 Tampoco desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo.
28 Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades.
29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.
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Deuteronomio 15

1 Al cabo de cada siete años harás remisión de deudas.
2 Así se hará la remisión: todo acreedor hará remisión de lo que haya prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo ni de su hermano, porque se ha proclamado la remisión del SEÑOR.
3 De un extranjero lo puedes exigir, mas tu mano perdonará cualquier cosa tuya que tu hermano tenga.
4 Y no habrá menesteroso entre vosotros, ya que el SEÑOR de cierto te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad para poseerla,
5 si sólo escuchas fielmente la voz del SEÑOR tu Dios, para guardar cuidadosamente todo este mandamiento que te ordeno hoy.
6 Pues el SEÑOR tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.
7 Si hay un menesteroso contigo, uno de tus hermanos, en cualquiera de tus ciudades en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,
8 sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestarás lo que le haga falta para cubrir sus necesidades.
9 Cuídate de que no haya pensamiento perverso en tu corazón, diciendo: "El séptimo año, el año de remisión, está cerca", y mires con malos ojos a tu hermano pobre, y no le des nada; porque él podrá clamar al SEÑOR contra ti, y esto te será pecado.
10 Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el SEÑOR tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas.
11 Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno, diciendo: "Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra."
12 Si un hermano tuyo, hebreo o hebrea, te es vendido, te servirá por seis años, pero al séptimo año lo pondrás en libertad.
13 Y cuando lo libertes, no lo enviarás con las manos vacías.
14 Le abastecerás liberalmente de tu rebaño, de tu era y de tu lagar; le darás conforme te haya bendecido el SEÑOR tu Dios.
15 Y te acordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te redimió; por eso te ordeno esto hoy.
16 Y sucederá que si él te dice: "No me iré de tu lado", porque te ama a ti y a tu casa, pues le va bien contigo,
17 entonces tomarás una lezna y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Y lo mismo harás a tu sierva.
18 No te parezca duro cuando lo dejes en libertad, porque te ha dado seis años con el doble del servicio de un jornalero; y el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
19 Todo primogénito que nazca de tu ganado y de tu rebaño consagrarás al SEÑOR tu Dios; no trabajarás con el primogénito de tu ganado ni trasquilarás el primogénito de tu rebaño.
20 Lo comerás tú y tu casa cada año delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR escoja.
21 Pero si tiene algún defecto, si es cojo o ciego o con cualquier otro defecto grave, no lo sacrificarás al SEÑOR tu Dios.
22 Lo comerás dentro de tus ciudades; el inmundo lo mismo que el limpio pueden comerlo, como se come una gacela o un ciervo.
23 Sólo que no comerás su sangre; la derramarás como agua sobre la tierra.
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Deuteronomio 16

1 Observarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua al SEÑOR tu Dios, porque en el mes de Abib el SEÑOR tu Dios te sacó de Egipto de noche.
2 Y sacrificarás la Pascua al SEÑOR tu Dios con ofrendas de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que el SEÑOR escoja para poner allí su nombre.
3 No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto.
4 Durante siete días no se verá contigo levadura en todo tu territorio; y de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana siguiente.
5 No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da,
6 sino que en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre sacrificarás la Pascua, al atardecer, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto.
7 Y la asarás y la comerás en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu habitación.
8 Seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una asamblea solemne para el SEÑOR tu Dios. Ningún trabajo harás en él.
9 Siete semanas contarás; comenzarás a contar siete semanas desde el momento en que empieces a meter la hoz a la mies.
10 Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al SEÑOR tu Dios con el tributo de una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el SEÑOR tu Dios te haya bendecido.
11 Y te alegrarás delante del SEÑOR tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre.
12 Y te acordarás de que tú fuiste esclavo en Egipto; cuídate de guardar estos estatutos.
13 Durante siete días celebrarás la fiesta de los tabernáculos, cuando hayas recogido el producto de tu era y de tu lagar.
14 Y te alegrarás en tu fiesta, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita y el forastero, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades.
15 Siete días celebrarás fiesta al SEÑOR tu Dios en el lugar que escoja el SEÑOR; porque el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás verdaderamente alegre.
16 Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos; y no se presentarán con las manos vacías delante del SEÑOR.
17 Cada hombre dará lo que pueda, de acuerdo con la bendición que el SEÑOR tu Dios te haya dado.
18 Nombrarás para ti jueces y oficiales en todas las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, según tus tribus, y ellos juzgarán al pueblo con justo juicio.
19 No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo.
20 La justicia, y sólo la justicia buscarás, para que vivas y poseas la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
21 No plantarás para ti Asera de ninguna clase de árbol junto al altar del SEÑOR tu Dios que harás para ti.
22 Ni levantarás para ti pilar sagrado, lo cual aborrece el SEÑOR tu Dios.
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Deuteronomio 17

1 No sacrificarás al SEÑOR tu Dios buey o cordero que tenga defecto o alguna imperfección, porque es cosa abominable al SEÑOR tu Dios.
2 Si se encuentra en medio de ti, en cualquiera de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, un hombre o una mujer que hace lo malo ante los ojos del SEÑOR tu Dios, violando su pacto,
3 y que haya ido y servido a otros dioses, adorándolos, o adorando al sol, a la luna o a cualquiera de las huestes celestiales, lo cual yo no he mandado,
4 y si te lo dicen y has oído hablar de ello, harás una investigación minuciosa. Y he aquí, si es verdad y es cierto el hecho que esta abominación ha sido cometida en Israel,
5 entonces sacarás a tus puertas a ese hombre o a esa mujer que ha cometido esta mala acción; sacarás al hombre o a la mujer, y los apedrearás hasta que mueran.
6 Al que ha de morir se le dará muerte por la declaración de dos o tres testigos; no se le dará muerte por la declaración de un solo testigo.
7 La mano de los testigos caerá primero contra él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti.
8 Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgar, como entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de pleito y otra, o entre una clase de asalto y otra, siendo casos de litigio en tus puertas , te levantarás y subirás al lugar que el SEÑOR tu Dios escoja,
9 y vendrás al sacerdote levita o al juez que oficie en aquellos días, e inquirirás de ellos, y ellos te declararán el fallo del caso.
10 Y harás conforme a los términos de la sentencia que te declaren desde aquel lugar que el SEÑOR escoja; y cuidarás de observar todo lo que ellos te enseñen.
11 Según los términos de la ley que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harás; no te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te declaren.
12 Y el hombre que proceda con presunción, no escuchando al sacerdote que está allí para servir al SEÑOR tu Dios, ni al juez, ese hombre morirá; así quitarás el mal de en medio de Israel.
13 Entonces todo el pueblo escuchará y temerá, y no volverá a proceder con presunción.
14 Cuando entres en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, y la poseas y habites en ella, y digas: "Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que me rodean",
15 ciertamente pondrás sobre ti al rey que el SEÑOR tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano tuyo.
16 Además, él no tendrá muchos caballos, ni hará que el pueblo vuelva a Egipto para tener muchos caballos, pues el SEÑOR te ha dicho: "Jamás volveréis por ese camino."
17 Tampoco tendrá muchas mujeres, no sea que su corazón se desvíe; tampoco tendrá grandes cantidades de plata u oro.
18 Y sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, en presencia de los sacerdotes levitas.
19 La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al SEÑOR tu Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta ley y estos estatutos,
20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos y no se desvíe del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
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Deuteronomio 18

1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israel; comerán de las ofrendas encendidas al SEÑOR y de su porción.
2 Y no tendrán heredad entre sus hermanos; el SEÑOR es su heredad, como les ha prometido.
3 Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen como sacrificio buey u oveja: darán para el sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.
4 Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas.
5 Porque el SEÑOR tu Dios le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté allí y sirva en el nombre del SEÑOR, para siempre.
6 Y si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier parte de Israel en que resida, y llega con todo el deseo de su alma al lugar que el SEÑOR escoja,
7 él ministrará en el nombre del SEÑOR su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí delante del SEÑOR.
8 Comerán porciones iguales, excepto lo que reciban de la venta de sus patrimonios.
9 Cuando entres en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de esas naciones.
10 No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero,
11 o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR; y por causa de estas abominaciones el SEÑOR tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
13 Serás intachable delante del SEÑOR tu Dios.
14 Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican hechicería y a los adivinos, pero a ti el SEÑOR tu Dios no te lo ha permitido.
15 Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el SEÑOR tu Dios; a él oiréis.
16 Esto es conforme a todo lo que pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: "No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera."
17 Y el SEÑOR me dijo: "Bien han hablado en lo que han dicho.
18 "Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.
19 "Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.
20 "Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá."
21 Y si dices en tu corazón: "¿Cómo conoceremos la palabra que el SEÑOR no ha hablado?"
22 Cuando un profeta hable en el nombre del SEÑOR, si la cosa no acontece ni se cumple, esa es la palabra que el SEÑOR no ha hablado; con presunción la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.
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Deuteronomio 19

1 Cuando el SEÑOR tu Dios destruya las naciones cuya tierra el SEÑOR tu Dios te da, y las desalojes, y habites en sus ciudades y en sus casas,
2 te reservarás tres ciudades en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión.
3 Prepararás los caminos, y dividirás en tres partes el territorio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te dé en posesión, para que huya allí todo homicida.
4 Y este será el caso del homicida que huya allí y viva: cuando mate a su amigo sin querer, sin haberlo odiado anteriormente
5 (como cuando un hombre va al bosque con su amigo para cortar leña, y su mano blande el hacha para cortar el árbol, y el hierro salta del mango y golpea a su amigo, y éste muere), él puede huir a una de estas ciudades y vivir;
6 no sea que el vengador de la sangre en el furor de su ira persiga al homicida, y lo alcance porque el camino es largo, y le quite la vida aunque él no merecía la muerte, porque no lo había odiado anteriormente.
7 Por tanto, te mando, diciendo: Reservarás para ti tres ciudades.
8 Y si el SEÑOR tu Dios ensancha tu territorio, como ha jurado a tus padres, y te da toda la tierra que ha prometido dar a tus padres
9 (si guardas cuidadosamente todos estos mandamientos que te mando hoy, de amar al SEÑOR tu Dios y de andar siempre en sus caminos), entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tres.
10 Para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y seas culpable de derramar sangre.
11 Pero si hay un hombre que odia a su prójimo, y acechándolo, se levanta contra él, lo hiere, y éste muere, y después él huye a una de estas ciudades,
12 entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera.
13 No tendrás piedad de él; mas limpiarás de Israel la sangre del inocente, para que te vaya bien.
14 No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión.
15 No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.
16 Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de transgresión,
17 los dos litigantes se presentarán delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días.
18 Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente,
19 entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti.
20 Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti.
21 Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
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Deuteronomio 20

1 Cuando salgas a la batalla contra tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está contigo.
2 Y sucederá que cuando os acerquéis a la batalla, el sacerdote se llegará y hablará al pueblo,
3 y les dirá: "Oye, Israel, hoy os acercáis a la batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón; no temáis ni os alarméis, ni os aterroricéis delante de ellos,
4 porque el SEÑOR vuestro Dios es el que va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros."
5 Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: "¿Quién es el hombre que ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro la estrene.
6 "¿Quién es el hombre que ha plantado una viña y no ha tomado aún de su fruto? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro goce de su fruto.
7 "¿Y quién es el hombre que está comprometido con una mujer y no se ha casado? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro se case con ella."
8 Entonces los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: "¿Quién es hombre medroso y de corazón apocado? Que salga y regrese a su casa para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos como desfallece el corazón suyo."
9 Y sucederá que cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, nombrarán capitanes de tropas a la cabeza del pueblo.
10 Cuando te acerques a una ciudad para pelear contra ella, le ofrecerás primero la paz.
11 Y sucederá que si ella está de acuerdo en hacer la paz contigo y te abre sus puertas, entonces todo el pueblo que se encuentra en ella estará sujeto a ti para trabajos forzados y te servirá.
12 Sin embargo, si no hace la paz contigo, sino que emprende la guerra contra ti, entonces la sitiarás.
13 Cuando el SEÑOR tu Dios la entregue en tu mano, herirás a filo de espada a todos sus hombres.
14 Sólo las mujeres y los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti como botín. Comerás del botín de tus enemigos, que el SEÑOR tu Dios te ha dado.
15 Así harás a todas las ciudades que están muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones cercanas.
16 Pero en las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da en heredad, no dejarás con vida nada que respire,
17 sino que los destruirás por completo: a los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, tal como el SEÑOR tu Dios te ha mandado,
18 para que ellos no os enseñen a imitar todas las abominaciones que ellos han hecho con sus dioses y no pequéis contra el SEÑOR vuestro Dios.
19 Cuando sities una ciudad por muchos días, peleando contra ella para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo el hacha contra ellos; no los talarás, pues de ellos puedes comer. Porque, ¿es acaso el árbol del campo un hombre para que le pongas sitio?
20 Sólo los árboles que sabes que no dan fruto podrás destruir y talar, para construir máquinas de sitio contra la ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga.
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Deuteronomio 21

1 Si en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la poseas, fuera encontrado alguien asesinado, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató,
2 entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del muerto.
3 Y sucederá que los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de la manada una novilla que no haya trabajado y que no haya llevado yugo;
4 y los ancianos de esa ciudad traerán la novilla a un valle de aguas perennes, el cual no haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la novilla allí en el valle.
5 Entonces se acercarán los sacerdotes, hijos de Leví, porque el SEÑOR tu Dios los ha escogido para servirle y para bendecir en el nombre del SEÑOR, y ellos decidirán todo litigio y toda ofensa;
6 y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fue hallado el muerto, lavarán sus manos sobre la novilla cuya cerviz fue quebrada en el valle;
7 y responderán y dirán: "Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos han visto nada.
8 "Perdona a tu pueblo Israel, al cual has redimido, oh SEÑOR, y no imputes la sangre inocente a tu pueblo Israel." Y la culpa de la sangre les será perdonada.
9 Así limpiarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo que es recto a los ojos del SEÑOR.
10 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y el SEÑOR tu Dios los entregue en tus manos, y los tomes en cautiverio,
11 y veas entre los cautivos una mujer hermosa, y la desees, y la tomes para ti por mujer,
12 la traerás a tu casa, y ella se rasurará la cabeza y se cortará sus uñas.
13 También se quitará el vestido de su cautiverio, permanecerá en tu casa y llorará por su padre y por su madre por todo un mes; después de eso podrás llegarte a ella y ser su marido, y ella será tu mujer.
14 Pero sucederá que si no te agrada, la dejarás ir adonde quiera; mas ciertamente no la venderás por dinero, ni la maltratarás, porque la has humillado.
15 Si un hombre tiene dos mujeres, una amada y otra aborrecida, y tanto la amada como la aborrecida le han dado hijos, si el primogénito es de la aborrecida,
16 el día que reparta lo que tiene entre sus hijos, no puede él hacer primogénito al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito,
17 sino que reconocerá al primogénito, al hijo de la aborrecida, dándole una porción doble de todo lo que tiene, porque él es el principio de su vigor; a él pertenece el derecho de primogenitura.
18 Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace caso,
19 el padre y la madre lo tomarán y lo llevarán fuera a los ancianos de su ciudad, a la puerta de su ciudad natal,
20 y dirán a los ancianos de la ciudad: "Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho."
21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá esto y temerá.
22 Y si un hombre ha cometido pecado digno de muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un árbol,
23 su cuerpo no colgará del árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en heredad.
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Deuteronomio 22

1 No verás extraviado el buey de tu hermano, o su oveja, sin que te ocupes de ellos; sin falta los llevarás a tu hermano.
2 Y si tu hermano no vive cerca de ti, o si no lo conoces, entonces lo traerás a tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque; entonces se lo devolverás.
3 Así harás con su asno, y asimismo harás con su vestido; lo mismo harás con cualquier cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles. No te es permitido ignorarlos.
4 No verás el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino sin ocuparte de ellos; sin falta le ayudarás a levantarlos.
5 La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al SEÑOR tu Dios.
6 Si encuentras un nido de pájaros por el camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos;
7 sin falta dejarás ir a la madre, mas a los hijos los puedes tomar para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.
8 Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.
9 No sembrarás tu viña con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas sembrado y el producto de la viña queden inservibles.
10 No ararás con buey y asno juntos.
11 No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.
12 Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
13 Si un hombre toma a una mujer y se llega a ella, y después la aborrece,
14 y la acusa de actos vergonzosos y la difama públicamente, diciendo: "Tomé a esta mujer, pero al llegarme a ella no la encontré virgen",
15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta.
16 Y el padre de la joven dirá a los ancianos: "Di mi hija por mujer a este hombre, pero él la aborreció;
17 y he aquí, él le atribuye actos vergonzosos, diciendo: 'No encontré virgen a tu hija.' Pero esta es la prueba de la virginidad de mi hija." Y extenderán la ropa delante de los ancianos de la ciudad.
18 Y los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán,
19 y le pondrán una multa de cien siclos de plata, que darán al padre de la joven, porque difamó públicamente a una virgen de Israel. Y ella seguirá siendo su mujer; no podrá despedirla en todos sus días.
20 Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen,
21 entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22 Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel.
23 Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
24 entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25 Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven que está comprometida, y el hombre la fuerza y se acuesta con ella; entonces morirá sólo el que se acuesta con ella,
26 no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso;
27 cuando él la encontró en el campo, la joven comprometida dio voces, pero no había nadie que la salvara.
28 Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella y se acuesta con ella, y son descubiertos,
29 entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta siclos de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días.
30 Ninguno tomará a la mujer de su padre para que no descubra la vestidura de su padre.
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Deuteronomio 23

1 Ninguno que haya sido castrado o que tenga cortado su miembro viril entrará en la asamblea del SEÑOR.
2 Ningún bastardo entrará en la asamblea del SEÑOR, ninguno de sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará en la asamblea del SEÑOR.
3 Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea del SEÑOR; ninguno de sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea del SEÑOR,
4 porque no fueron a vuestro encuentro con pan y agua en el camino cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte
5 Mas el SEÑOR tu Dios no quiso escuchar a Balaam, sino que el SEÑOR tu Dios te cambió la maldición en bendición, porque el SEÑOR tu Dios te ama.
6 Nunca buscarás su paz ni su prosperidad en todos tus días.
7 No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque fuiste extranjero en su tierra.
8 Los hijos de la tercera generación que les nazcan podrán entrar en la asamblea del SEÑOR.
9 Cuando salgas como ejército contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.
10 Si hay en medio de ti un hombre inmundo a causa de una emisión nocturna, debe salir fuera del campamento; no volverá a entrar al campamento.
11 Pero al llegar la tarde se bañará con agua, y cuando se ponga el sol, podrá entrar de nuevo al campamento.
12 Tendrás también un lugar fuera del campamento y saldrás allí;
13 y tendrás entre tus herramientas una pala, y cuando te sientes allá fuera, cavarás con ella, y te darás vuelta para cubrir tu excremento.
14 Porque el SEÑOR tu Dios anda en medio de tu campamento para librarte y para derrotar a tus enemigos de delante de ti, por tanto, tu campamento debe ser santo; y El no debe ver nada indecente en medio de ti, no sea que se aparte de ti
15 No entregarás a su amo un esclavo que venga a ti huyendo de su señor.
16 Contigo habitará en medio de ti, en el lugar que él escoja en una de tus ciudades donde le parezca bien; no lo maltratarás.
17 Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano.
18 No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro a la casa del SEÑOR tu Dios para cualquier ofrenda votiva, porque los dos son abominación para el SEÑOR tu Dios.
19 No cobrarás interés a tu hermano: interés sobre dinero, alimento, o cualquier cosa que pueda ser prestado a interés
20 Podrás cobrar interés a un extranjero, pero a tu hermano no le cobrarás interés a fin de que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que emprendas en la tierra que vas a entrar para poseerla.
21 Cuando hagas un voto al SEÑOR tu Dios, no tardarás en pagarlo, porque el SEÑOR tu Dios ciertamente te lo reclamará, y sería pecado en ti
22 Sin embargo, si te abstienes de hacer un voto, no sería pecado en ti.
23 Lo que salga de tus labios, cuidarás de cumplirlo, tal como voluntariamente has hecho voto al SEÑOR tu Dios, lo cual has prometido con tu boca.
24 Cuando entres en la viña de tu prójimo, entonces podrás comer las uvas que desees hasta saciarte, pero no pondrás ninguna en tu cesto.
25 Cuando entres en la mies de tu prójimo, entonces podrás arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz a la mies de tu prójimo.
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Deuteronomio 24

1 Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa,
2 y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre;
3 si el segundo marido la aborrece y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, o si muere este último marido que la tomó para ser su mujer,
4 al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada; pues eso es abominación ante el SEÑOR. No traerás pecado sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad.
5 Cuando un hombre es recién casado, no saldrá con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará libre en su casa por un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado.
6 Ninguno tomará en prenda el molino de mano ni la muela del molino, porque sería tomar en prenda la vida del hombre.
7 Si se encuentra a un hombre que haya secuestrado a alguno de sus hermanos de los hijos de Israel, y lo haya tratado con violencia, o lo haya vendido, entonces ese ladrón morirá; así quitarás el mal de en medio de ti.
8 Cuídate de una infección de lepra, para que observes diligentemente y hagas conforme a todo lo que los sacerdotes levitas os enseñen; como les he ordenado, así cuidaréis de hacer.
9 Recuerda lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Miriam en el camino, cuando salíais de Egipto.
10 Cuando prestes cualquier cosa a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomarle prenda;
11 te quedarás afuera, y el hombre a quien hiciste el préstamo te traerá la prenda.
12 Y si es un hombre pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda;
13 sin falta le devolverás la prenda al ponerse el sol, para que se acueste con su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante del SEÑOR tu Dios.
14 No oprimirás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus conciudadanos o uno de los extranjeros que habita en tu tierra y en tus ciudades.
15 En su día le darás su jornal antes de la puesta del sol, porque es pobre y ha puesto su corazón en él; para que él no clame contra ti al SEÑOR, y llegue a ser pecado en ti.
16 Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.
17 No pervertirás la justicia debida al forastero ni al huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,
18 sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que el SEÑOR tu Dios te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto.
19 Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos.
20 Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti, serán para el forastero, para el huérfano y para la viuda.
21 Cuando vendimies tu viña, no la repasarás; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda.
22 Recordarás que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
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Deuteronomio 25

1 Si hay pleito entre dos hombres y van a la corte, y los jueces deciden el caso, y absuelven al justo y condenan al culpable,
2 sucederá que si el culpable merece ser azotado, entonces el juez le hará tenderse, y será azotado en su presencia con el número de azotes de acuerdo con su culpa.
3 Puede darle cuarenta azotes, pero no más, no sea que le dé muchos más azotes que éstos, y tu hermano quede degradado ante tus ojos.
4 No pondrás bozal al buey mientras trilla.
5 Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado.
6 Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.
7 Pero si el hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a la puerta, a los ancianos, y dirá: "Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel; no quiere cumplir para conmigo su deber de cuñado."
8 Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y le hablarán. Y si él persiste y dice: "No deseo tomarla",
9 entonces su cuñada vendrá a él a la vista de los ancianos, le quitará la sandalia de su pie y le escupirá en la cara; y ella declarará: "Así se hace al hombre que no quiere edificar la casa de su hermano."
10 Y en Israel se le llamará: "La casa del de la sandalia quitada."
11 Si dos hombres luchan entre sí, un hombre y su conciudadano, y la mujer de uno se acerca para librar a su marido de la mano del que lo golpea, y ella extiende su mano y le agarra sus partes vergonzosas,
12 entonces le cortarás su mano; no tendrás piedad.
13 No tendrás en tu bolsa pesas diferentes, una grande y una pequeña.
14 No tendrás en tu casa medidas diferentes, una grande y una pequeña.
15 Tendrás peso completo y justo; tendrás medida completa y justa, para que se prolonguen tus días en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
16 Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para el SEÑOR tu Dios.
17 Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino cuando saliste de Egipto,
18 cómo te salió al encuentro en el camino, y atacó entre los tuyos a todos los agotados en tu retaguardia cuando tú estabas fatigado y cansado; y él no temió a Dios.
19 Por tanto, sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en heredad para poseerla, borrarás de debajo del cielo la memoria de Amalec; no lo olvides.
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Deuteronomio 30

1 Y sucederá que cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y tú las recuerdes en todas las naciones adonde el SEÑOR tu Dios te haya desterrado,
2 y vuelvas al SEÑOR tu Dios, tú y tus hijos, y le obedezcas con todo tu corazón y con toda tu alma conforme a todo lo que yo te ordeno hoy,
3 entonces el SEÑOR tu Dios te hará volver de tu cautividad, y tendrá compasión de ti y te recogerá de nuevo de entre todos los pueblos adonde el SEÑOR tu Dios te haya dispersado.
4 Si tus desterrados están en los confines de la tierra, de allí el SEÑOR tu Dios te recogerá y de allí te hará volver.
5 Y el SEÑOR tu Dios te llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerás; y El te prosperará y te multiplicará más que a tus padres.
6 Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
7 El SEÑOR tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre los enemigos y sobre los aborrecedores que te persiguieron.
8 Y tú volverás a escuchar la voz del SEÑOR, y guardarás todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.
9 Entonces el SEÑOR tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el SEÑOR de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres,
10 si obedeces a la voz del SEÑOR tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en este libro de la ley, y si te vuelves al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni fuera de tu alcance.
12 No está en el cielo, para que digas: "¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?"
13 Ni está más allá del mar, para que digas: "¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?"
14 Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes.
15 Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal;
16 pues te ordeno hoy amar al SEÑOR tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus juicios, para que vivas y te multipliques, a fin de que el SEÑOR tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.
17 Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves,
18 yo os declaro hoy que ciertamente pereceréis. No prolongaréis vuestros días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y poseerla.
19 Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia,
20 amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y allegándote a El; porque eso es tu vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
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